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13/5/08


Me miró
con sus ojos azules como el fuego,
profundos como ascuas,
y olvidé lo que quería decir.

3 comentarios:

  1. Seguro que no querias decir nada, sólo mirarle elocuentemente

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  2. Lo que eres
    me distrae de lo que dices.

    Lanzas palabras veloces,
    empavesadas de risas,
    invitándome
    a ir adonde ellas me lleven.
    No te atiendo, no las sigo:
    estoy mirando
    los labios donde nacieron.

    Miras de pronto a los lejos.
    Clavas la mirada allí,
    no sé en qué, y se te dispara
    a buscarlo ya tu alma
    afilada, de saeta.
    Yo no miro adonde miras:
    yo te estoy viendo mirar.

    Y cuando deseas algo
    no pienso en lo que tú quieres,
    ni lo envidio: es lo de menos.
    Lo quieres hoy, lo deseas;
    mañana lo olvidarás
    por una querencia nueva.
    No. Te espero más allá
    de los fines y los términos.

    En lo que no ha de pasar
    me quedo, en el puro acto
    de tu deseo, queriéndote.
    Y no quiero ya otra cosa
    más que verte a ti querer

    Se me vino a la cabeza este poema de P. Salinas al leerte.

    Un saludo.

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  3. Pero no olvidaste su intenso mar azul...

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